domingo, 6 de noviembre de 2011

CAZA FURTIVA EN HUESCA


Casi 300 denuncias y delitos por caza furtiva en Huesca

Pirineodigital.com

La caza furtiva sigue siendo uno de los principales problemas a atajar por el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de Huesca.

Los datos de delitos y denuncias tramitadas en lo que llevamos de 2011 demuestran que esta práctica ilegal se encuentra lejos de desaparecer, ya que este año se han tramitado casi 100 denuncias más que en 2010 y se han detenido tan solo a 9 personas. En total, en estos once meses, se han cursado casi 300 denuncias y delitos. Es la cifra más alta de los últimos tres años y la más baja en cuanto a detenciones.

Esto no quiere decir que la lucha del SEPRONA sea menos eficaz. De hecho, el alto número de denuncias demuestra el constante trabajo que el Servicio de la Guardia Civil viene realizando en esta materia. Desde hace tres años el número de denuncias se ha venido incrementando anualmente, pasando de las 159 que se registraron en 2009, a 189 de 2010 y a las 283 del actual ejercicio.

También se han incrementado el número de delitos tramitados, aunque no de manera tan espectacular como las denuncias. En 2009 se tramitaron 2 delitos, al año siguiente 4, y uno más, 5, en lo que llevamos de 2011. Por el contrario, los detenidos se han ido reduciendo. En 2009 hubo 17 detenidos, en 2010, 14, y 9 en la actualidad.

Locales y profesionales
El perfil de los furtivos es variado y afecta tanto a la caza mayor como a la menor, aunque los perfiles de los cazadores son muy distintos en cada modalidad. Mientras los furtivos de caza menor centran su actividad en abatir sin permiso y en horarios nocturnos sus presas, los de caza mayor tienen una actividad más intensa, pudiendo diferenciar, además, entre cazadores locales y profesionales.

Según los informes del SEPRONA los profesionales son más voraces: “Suelen ser personas de alto nivel adquisitivo, que manejan materiales muy sofisticados y a los que les mueve la búsqueda de nuevas sensaciones, de hacer algo prohibido”. Por lo general son cazadores indiscriminados, que disparan cualquier especie animal, independientemente de la especie y la edad, pudiendo capturar tanto a ejemplares adultos como a crías. Los furtivos locales, “conocen perfectamente la zona y las costumbres de las especies, por lo que suelen ser más selectivos a la hora de disparar”.

En cuanto a especies el sarrio es el más perseguido por los furtivos, pero el corzo y el ciervo y el jabalí, aunque bastante menos, también son objeto de estos cazadores ilegales. En cuanto a especies de caza menor, los fringílidos son los más perseguidos.

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